martes, 16 de julio de 2013

Capriles es pasado, Eveling se queda y el Zulia se vuelve a pintar de azul - Alejandro Fuenmayor

Alejandro Fuenmayor
En mi artículo de esta semana he decidido hablar de tres temas que se conectan entre si, porque ocurren en paralelo, desde la perspectiva que yo los veo.

Quiero referirme primero al “enchufado menor”, nombrado así para distinguirlo de quien él llama “el mayor”. Dice el dicho que la lengua es castigo del cuerpo, y es que los refranes siempre van cargados de la milenaria sabiduría popular, que como se ufana Eladio Lares de su auditorio de “Quien Quiere Ser Millonario”, nunca se equivoca. Por supuesto que hablo del mismísimo Henrique Capriles, el hasta hace poco, único líder de la política venezolana. Ganó la presidencia, cantó fraude, millones se ofrecieron a ayudarlo “a cobrar”, pero el decidió guardar el billete ganador, poner el reclamo ante la cristalina justicia venezolana y seguir cobrando como gobernador. De allí no lo desenchufa ni Dios, hasta no tener otra conexión segura. “Los madurros” se dieron cuenta de su debilidad, le soltaron un actor porno y cuatro prepagos para que hicieran escándalo por su ausencia, lo amenazó con voz de “arrecha” la presidenta del Consejo Legislativo de Miranda, y nada, misión cumplida. Capriles volvió a ser “un buen muchacho”, de esos que no les gustan las multitudes en las calles, universitarios en huelga y por supuesto abierto a dialogar con el Gobierno. ¿Cuál Gobierno, pregunto yo, si él mismo dijo que era espurio?

“El enchufado menor” está triste porque Globovisión no lo saca en vivo como antes, y critica a todo el que escriba en Twiter, olvidándose que él también ha quedado para eso, porque ya se acabaron la radio y la televisión independientes.
Yo se que mucha gente me va a criticar y voy a “salir de sus reinos” por cuestionar al “enchufado menor”, pero no me importa, es la verdad, y ésta siempre triunfa y reivindica al que la enarbola sin temor.

Hace tres meses la calle estaba viva y él la mató con sus miedos. ¿Temía sangre? Pues debió haberse metido a cura y no a político, porque a muchos tuvo que “liquidar” Carlos Andrés para que no nos invadiera la guerrilla cubana en los sesenta, Obama “echo el loco” eliminó a Osama Bin Laden, Uribe a unos cuantos narcos de las Farc, y si le contamos los muertos a Simón Bolívar, lo tenemos que colocar a nivel de Hittler (aunque los motivos fueran distintos, sangre es sangre).

Tranquilo Capriles, sigue enchufado, después de Miranda siempre habrá algún buen puesto de servicio público por allí. Se perdió una batalla, pero no la guerra. Viene la batalla final y nuevos guerreros.

El otro tema que quiero tocar, es el de las elecciones municipales y lo hago para decirles que “no se vistan, porque no van”. Yo no creo que aquí habrán elecciones municipales en diciembre. Viene antes un terremoto político militar, que pienso obligará a posponer de nuevo las susodichas elecciones. Es allí que cobraría vigencia el slogan de un amigo: “Eveling forever”. Guanipa en vez de enfrentártele a Eveling, más bien apóyala, porque voy al tercer punto, lo que está más cerca es la elección de gobernador del estado Zulia. La salud de Arias va de mal en peor, aunque él y sus súbditos se empeñen en negarlo. Tengo los pelos de la burra en la mano y son negros. De allí nace el empeño de activarle juicios e inhabilitación a Pablo Pérez, tienen terror de perder de nuevo al Zulia, pero Arias no da para más: está débil y los actos públicos lo están acabando.

Por ahora, así están las cosas: Capriles es pasado, Eveling se queda, el Zulia se vuelve a pintar de azul y en septiembre comienza la primavera venezolana, ¡empieza la sexta!

Alejandro Fuenmayor

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