Sainete en cápsulas
Han pasado casi 17 años de aquellos comicios en los cuales nos imbuyeron en este sistema dantesco del Socialismo del siglo 21. Hemos evidenciado adoraciones caudillistas, manipulaciones asfixiantes, descrédito de personajes y hasta posicionamientos psicológicos sobre lo bueno y lo mano, pero el resultado es el esperado: Tener el afamado país del caos, donde los pobres son quienes prevalecen, por ser una mayoría crecida en el tiempo.
Según prestigiosas encuestadoras este gobierno tiene alrededor de 20 por ciento de aprobación, representando un desplome de tal proporción, que sólo les queda el tan mentado voto duro para las venideras elecciones parlamentarias.
Sin ánimo de disfrazarme de “Pepito Preguntón” o ataviarme de sarcástico, comienzo con mis preguntas a quienes por patológica ceguera siguen respaldando este proceso.
¿Es creíble que este cuasi perfecto gobierno pueda permitirse recibir un golpe contundente en su entrañas racionales y no haber edificado un artificio o plan de acción, ante esa supuesta guerra económica? Si los empresarios tienen la batuta destructiva de nuestra macroeconomía, ¿por qué han sido ellos los sometidos a expropiaciones y han debido emigrar para invertir en otro país que les garantice seguridad jurídica? ¿Qué ha sucedido con esas empresas adueñadas por el gobierno? ¿Si están produciendo, por qué no se consiguen productos y los pocos son importados?
¿Acaso no resulta extraño que después de más de década y media, viva revestido como mártir frente a una oposición que no ha asumido mandato nacional desde el siglo pasado? Pese a las posibles corruptelas de la cuarta república, ¿vivimos mejor ahora sometidos a opresivas colas, delincuencia desatada y menguados recursos, sin la acción de los órganos de justicia que actúen frente a los abusos con los cuantiosos recursos de la nación? ¿Por qué el oro que nunca fue tocado desde el inicio de la democracia, esté en este momento empeñado?
¿Por qué atacar a EE UU por imperialista y todo el dinero entrado al país por los altos precios del petróleo fue invertido en otros países para la compra de conciencias y el financiamiento de campañas socialistas? ¿Por qué no imitar a la nación norteña en vez de copiar la escasez y pésima calidad de vida de una Cuba detenida en el tiempo, que ahora apela en su desespero a la amistad de los gringos? Si Venezuela es la panacea o isla de la felicidad, que alguien me diga por qué estamos emigrando a otras naciones con celeridad, echando al caño nuestra idiosincrasia.
Alguien puede responderme por qué antes con un trabajo digno podríamos adquirir una vivienda o vehículo, mientras en la actualidad ni con cinco salarios mínimos logras optar a un inmueble por sus precios dolarizados y una inflación subyugante. Las desérticas concesionarias son un ejemplo de esta realidad.
Quizá muchos no tengan tiempo de responder, por estar atareados en una cola, velando a un familiar asesinado o ansiando una creativa lucidez para darle hoy de comer a sus hijos. Yo voto por una Venezuela de inclusión, respeto y oportunidades.
MgS. José Luis Zambrano Padauy
@Joseluis5571
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