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jueves, 31 de julio de 2014

"La unidad no se decreta, se construye" - por Alfredo Osorio

“La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino”. Simón Bolívar.


Alfredo Osorio, diputado A.N.
Es una perogrullada afirmar que la unidad de la oposición democrática debe mantenerse fortalecida no sólo para poder enfrentar con éxito los retos del futuro más próximo ante el grave escenario que se le presenta a Venezuela con el desastre económico, político y social que ha dejado a su paso 16 años de una mal llamada revolución, sino para lograr que el pueblo venezolano, que mayoritariamente se opone a este rocambolesco régimen, sienta que sí hay una esperanza real de superar el caos generalizado que hoy día es la patria de Bolívar.

Estamos persuadidos que lograr una unidad monolíticamente resistente a embates de distintos órdenes que son lógicos en un país demasiado polarizado por la situación política, no es tarea fácil. En una instancia como es la Mesa de la Unidad Democrática, donde convergen diferentes organizaciones políticas de distintos signos ideológicos, desde socialdemócrata, demócratas cristianos, socialistas moderados y hasta radicales, liberales y organizaciones de la sociedad civil, no se puede pretender que la constante de sus resoluciones sea siempre la unanimidad de criterios.

Precisamente, para enfrentar todos los desmanes cometidos por el régimen de Chávez y ahora de Maduro, las violaciones constantes a los derechos humanos más elementales, las garantías constitucionales, las libertades económica y la Constitución en su casi totalidad articularia, colocar los Poderes del país bajo la dirección del régimen, utilizar la justicia como garrote político para castigar la lógica disidencia, la protesta como derecho constitucional, es cuando más se necesita de una oposición firmemente unida en torno a todos los programas e ideas que se pongan sobre la mesa en la ansiada búsqueda de las salidas que el país reclama de sus actores políticos y sociales.

Los dirigentes de la MUD están obligados, en medio de sus diferencias visionarias o conceptuales, que las entendemos, a dar un debate de altura y ofrecer respuestas confiables a los venezolanos ante la grave crisis que afronta el país y no caer en la diatriba estéril, egoísta, guiado por intereses personales y mezquinos, sugiriendo una renovación de algunos de sus miembros e incorporar sectores no políticos que representan la gran mayoría del pueblo venezolano, tales como Estudiantil, empresarial y de los trabajadores, que mucho pudieran aportar sobre el sentir y los deseos del venezolano común del barrio, del liceo o la universidad, del costo de la vida y la inseguridad, lo cual representaría una verdadera Mesa de la Unidad Democrática Venezolana.

Desde los inicios de este periodo legislativo, en el seno de la asamblea, actitudes, posiciones, estrategias de los llamados grupos de los seis, que integraron el comité coordinador del bloque parlamentario de la oposición, acordaron medidas contrarias al reglamento interno de debates y al espíritu constitucional, irrespetando el derecho proporcional del parlamentario a intervenir y cumplir con sus obligaciones individuales en respeto a sus electores y con los deberes impuestos por su alta investidura adquirida democráticamente.

Lo dijimos en reiteradas oportunidades y las consecuencia allí están: competencia y enfrentamiento entre partidos, grupos, individualidades, descalificándose unos a otros, siempre en vos baja, pero con evidentes consecuencias y falta de espíritu solidario en la búsqueda de consolidar la Unidad ante un adversario monolítico y claro en su accionar en contra de los intereses del pueblo venezolano pero con una coherente estrategia parlamentaria. 

La unidad no puede ser solamente un concepto que se saca a relucir para ocultar serias diferencias sobre las maneras de abordar soluciones a la crisis. Los líderes tienen el perfecto derecho de expresar sus diferencias sin caer en antagonismos y mucho menos en descalificaciones de sus pares.

La unidad no se puede decretar. La unidad se edifica y sus estructuras tienen que ser bien sólidas para resistir el embate de cualquier ventisca que se oteen por el horizonte de la política.


Alfredo Osorio U/Abogado/Diputado A.N

viernes, 4 de julio de 2014

Las Tinieblas Revolucionarias - por Alfredo Osorio

Alfredo Osorio, Diputado A.N.
Nuevamente y sin ninguna sorpresa, vuelve a producirse un apagón general en todo el territorio nacional, mas allá de los constantes cortes y racionamientos administrados por este incomparable gobierno, que nos hace recordar el martes 03 de septiembre del año pasado, cuando más de veinte millones de venezolanos sufrieron los rigores, la pesadilla, de un apagón que duró no menos de 24 horas, resultado de un legado que obviamente será recordado “eternamente” como el mejor testimonio de la Desidia, la Mentira, Ineficiencia, Corrupción y Fracaso.

Y como era de esperarse, los mentirosos de oficio, compitiendo con el ex ministro, Ali Rodríguez, se confabulan para pretender engañar, una vez más, al pueblo venezolano, como si no bastaran las penurias del desabastecimiento, inflación e inseguridad que sufren como herencia del difunto y ahora del malogrado, y según sus propios colaboradores, incapaz Nicolás Maduro. Y claro, como siempre, para los ilustres camaradas, la responsabilidad es de la oposición, la flora, la fauna, los vientos y el imperio.

Mientras continua el despilfarro, la malversación de fondos y la utilización de los dineros públicos para ganar elecciones, como lo denunció el ex ministro Giordani, y fortalecer un socialismo que nadie entiende, los servicios públicos y las industrias básicas de la nación, la producción nacional, la generación de empleo, y la criminalidad, continuaran haciendo estragos en la población venezolana y comprometiendo el futuro de las nuevas generaciones, en una oscurana mal intencionada, liderada hoy día, por quien desgobierna este país. 

Es necesario un nuevo rumbo, una reflexión profunda con las correcciones inmediatas sobre las políticas económicas y sociales, ya que el camino actual no nos lleva a otro camino que el desastre el cual ya se siente en algunos aspectos importantes de la vida republicana, poniendo en riesgo inclusive, la precaria democracia en que hoy vivimos.

Lo peor de todo es que una vez más, el propio Ministro de Corpoelec, Jesse Chacón, no tiene el coraje de renunciar como lo prometió, si en cien días no resolvía el asunto, y no reconoce las causas verdaderas de las deficiencias del sistema eléctrico y sus apagones, tomando las debidas medidas para corregir, de una vez por todas, la falta de inversión en la ampliación de la capacidad instalada, mantenimiento de las existentes, mejoramiento y ampliación de los sistemas de conexión, transmisión y distribución de la energía y sancionar a los responsables de la malversación de los fondos que han sido aprobados hasta la fecha por la Asamblea Nacional para el sistema eléctrico, recursos que no se ven por ninguna parte, y que por las propias cifras del gobierno alcanza a la suma de Cincuenta Mil Millones de Dólares, investigación que se niegan a realizar los diputados del oficialismo, la Fiscalía Nacional, el Tribunal Supremo y la Contralia General de la Nación, por tratarse de Ali Rodríguez, Héctor Navarro, Argenis Chávez, el mismo Chacón y hasta el difunto Presidente Hugo Chávez.

Cada día surgen más testimonios, de los propios actores y responsables, de las tropelías de este gobierno, por los cuales deberán ser sancionados y responder por el inmenso daño que hacen a Venezuela y a nuestro pueblo, ya que los delitos incursos son imprescriptibles. Definitivamente, si en algo tienen razón los del PSUV, es que por la pobreza, la frustración, la tristeza, las violaciones a la constitución y los derechos humanos, las muertes y el atraso que han causado, el comandante y sus secuaces, serán recordados eternamente.


Alfredo Osorio 
Abogado / Diputado A.N.