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Enojo, ansiedad y miedo a vivir sin el BlackBerry, el síndrome que en los últimos días se propagó desde la India hasta Perú, así lo publicó Infobae.com.
BlackBerry cumplió este miércoles su tercer día con fallas en su plataforma de mensajería instantánea y en otros servicios que se transformaron en una herramienta habitual para millones de personas que usan su smartphone para trabajar, estudiar, entretenerse o simplemente llevarlo a todos lados.
Research in Motion (RIM), fabricante del aparato, admitió los problemas e informó que está trabajando para solucionarlos lo más rápido posible. Al mismo tiempo, lejos de los cables y los servidores de la firma canadiense, millones de personas reaccionaron de diversas formas ante el fallo en su “BB”.
Uno de los lugares que concentró las quejas de los usuarios fue la red de microblogging Twitter, donde los hashtags #DearBlackblackberry y #OtrosUsosParaElBlackberry”, entre otros, treparon rápidamente en la lista de los temas más comentados del día. Otras redes sociales llegaron a reflejar más de mil mensajes por minuto hablando del tema en la Argentina.
Algunos famosos, como la actriz Victoria Onetto, relataron su “desesperación” por no poder utilizar el servicio de chat. Otros, como el periodista venezolano Alberto Ravell, aprovecharon para hacer algunos chistes como por ejemplo: “Millones de usuarios de BlackBerry han caminado hoy por la calle mirando hacia delante y no hacia abajo”.
Lo concreto es que las fallas de BB obligaron a muchos usuarios a abandonar por unas horas la conectividad móvil para regresar a las “olvidadas” computadoras personales. Algunos desprevenidos tuvieron que hacer memoria para recordar sus contraseñas del webmail y otros debieron volver al tradicional SMS para comunicarse con sus contactos.
En los subterráneos o en los colectivos se pudo ver a muchos adolescentes desconcertados que no encontraban cómo distraerse en sus minutos de viaje con un aparato en sus manos que se encontraba totalmente inoperativo, muerto. Y en la facultad o en los colegios hubo profesores que se asombraron por haber logrado centrar la atención de todos sus alumnos por primera vez en años.
Oficialmente, RIM informó esta tarde que el parate afectó a más de 70 millones de aparatos en todo el mundo y no discriminó entre los humildes portadores de una BlackBerry Curve y aquellos que lucen orgullosos sus potentes modelos Torch y Bold 9900.
Lo que para algunos fue incomunicación y malestar por no poder llevar a cabo sus tareas diarias, para otros fue motivo de cargadas. “Viste, vos te gastaste dos lucas en ese aparatito y mi Nokia 1100 de hace 6 años sigue funcionando bárbaro”, se escuchó esta tarde, por ejemplo, en la redacción de Infobae.com.
Nomofobia, la adicción al celular
El avance de la tecnología en los últimos años trajo muchas ventajas y desventajas a nuestra vida cotidiana. Hace algunos años, muy pocas eran las personas que tenían celular, internet en casa o consola de videojuegos.
“Los tiempos de respuesta de antes eran más largos y se los respetaba. Se tenía más paciencia y se esperaba más tiempo la devolución de un llamado, un mensaje o la contestación de un mail”, analizó la licenciada Cecilia Lotero (MN 37589), integrante del equipo profesional del Instituto de Psicología Argentino (Inepa).
Es que en los últimos años, esos tiempos se fueron acotando hasta llegar al punto actual, en el que lo que predomina es “la cultura del ya, del ahora, en que todo tiene que estar preparado para ayer”. “Esto, junto con la introducción de nuevas tecnologías, hizo quenaturalicemos el uso del celular (entre otras cosas) y hoy en día sea raro o inusual que las personas no lo posean”, destacó la especialista a Infobae.com.
“Eso permite tener una respuesta al instante, comunicarnos en cualquier momento y en cualquier lugar, y poder de esta manera adecuarnos, sentirnos parte, estar actualizados y no quedarnos atrás”, remarcó.
Así es que junto a las nuevas tecnologías llegaron nuevos “males” propios de esta época. Es el ejemplo de la nomofobia, que es ni más ni menos que “el miedo irracional a no llevar el celular consigo. Son personas que necesitan sentirse seguras y comunicadas con el mundo circundante. La ansiedad que provoca el olvido del celular puede equipararse con otras situaciones estresantes como mudarse, casarse, separarse o mudarse de casa”.
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