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jueves, 23 de junio de 2016

“Rubén Blades escribano de las esquinas” - por León Magno Montiel @leonmagnom

“Lo único mejor que la música, 
es hablar de música”.
Gabriel García Márquez (Colombia, 1927-2014)

Un adolescente escuchaba música con sus amigos del barrio, iban a las playas del Atlántico panameño y entre tragos de ron, sintonizaban las emisoras colombianas y soñaban con surcar los mares del norte; él llevaba en su alma una cantera de melodías y versos, un mundo de notas y vivencias que se iban entretejiendo y que pronto comenzaría a florar, a germinar. Primero en el rock, cantado en inglés, y luego en los ritmos afrocubanos. Ese muchacho cuyo nombre era Rubén Blades, fue el segundo hijo de una pianista cubana llamada Anoland Bellido de Luna y un percusionista colombiano llamado Rubén Blades Bosques, oriundo de Santa Marta, quien además trabajó en la policía secreta, fue investigador y un destacado jugador de baloncesto.
Rubén nació en Chiriquí en la frontera con Costa Rica el 16 de julio de 1948, y se crió en Ciudad de Panamá, en una casa antigua y grande, llena de recuerdos y apariciones espectrales, donde se vivía y respiraba arte en todas sus formas. Su abuela materna Emma Bosques le enseñó a leer, a apreciar la música y la educación. Era una mujer espiritista, rosacruz, pintora y poeta, pero sobre todo maestra. Su madre fue actriz de radio en La Habana, en la década de los 40, su voz era una fuente de fantasías e historias. Su padre siempre tuvo seguidoras, primero como músico y luego como deportista, hombre de carácter reservado, muchas veces inescrutable; por ello fue detective, un individuo ligado a la autoridad.
El primer encuentro formal con la música Rubén lo tuvo en 1962 con la banda de rock The Cends donde cantaba en inglés. Su abuelo materno era oriundo de la isla de Santa Lucía, el inglés era su lengua materna, quizá eso lo marcó genéticamente para tener una capacidad innata de ser bilingüe, con su raro apellido Blades, que se pronuncia originalmente “bleids” pero que el habla coloquial convirtió en “blades”. En 1963 entró a la banda latina Los Salvajes del Ritmo donde cantaba imitando a su gran ídolo Cheo Feliciano. Rubén siempre tuvo como referentes modélicos del canto caribeño a Ismael Rivera el sonero de la calle Calma, y a Feliciano el sonero de Ponce, ambos de Puerto Rico. Ellos fueron sus maestros cantores, sus guías.
Su familia era de clase media, y siempre lo impulsó, lo motivó hacia el estudio formal, más que hacia la música, que para ellos era más una pasión, un divertimento que un oficio formal. Por ello decidió estudiar Leyes en la Universidad de Panamá. En esos años, ese país vivía la efervescencia del orgullo nacionalista, un sentimiento colectivo de soberanía, sobre todo después de la crisis humanitaria desatada el 9 de enero de 1964, cuando los marines norteamericanos masacraron a 21 personas e hirieron a otras 500, solo porque protestaban en la zona adyacente al canal, dominada imperialmente por los EEUU; solicitaban que se izara la bandera panameña junto a la estadounidense. La respuesta de los soldados norteamericanos fue brutal y desmedida.
La familia Blades Bellido salió forzosamente al exilio en 1972, y se residenció en Miami, huyendo de la persecución política de los militares encabezados por el ominoso General Noriega. Rubén llegó hasta Nueva York, la ciudad con la que siempre había soñado, a la que había visto en filmes, había oído en canciones y era la Meca soñada de la música que él quería hacer. Allí grabó su primer álbum con la Orquesta de Pete Conde Rodríguez, titulado “De Panamá a Nueva York” y logró una modesta difusión.
Rubén siempre se sintió cómodo en la soledad, la entendía como el refugio natural del creador, en sus horas de ocio tocaba su guitarra y creaba nuevas melodías. Además siempre fue un asiduo lector. En esa atmósfera de sosiego seguía creando su obra, hasta que en 1974 entró a la Fania, la gran casa disquera de la salsa. Lo hizo como empleado de correos, ganaba 125,00 dólares semanales, viviendo en un cuartucho mísero, sin calefacción, malcomiendo “fastfood”. Años después en una entrevista de televisión testimonió: “Al principio en Nueva York, estuve muy limitado, pasé casi dos años sin probar una buena comida casera”.
Ahí comenzó a contactar a los grandes músicos del ambiente latino neoyorquino, a compartir sus creaciones, conoció a Ray Barreto “El manos duras” quien tenía una poderosa banda, con él participó en dos álbumes en 1975 y 1976. Conoció al destacado músico nativo del Bronx, Willie Colón y este le dio la oportunidad de grabar el álbum “Metiendo mano” en 1977, que incluía el tema “Plantación adentro” del bardo puertorriqueño Tite Curet Alonso, uno de sus mentores:
“Camilo Manrique falleció
 plantación adentro camará
sombra son la gente
y nada má”.

   Así comenzó una saga de éxitos que lo llevó a pasearse por los mejores escenarios de América Latina, y surgieron los álbumes icónicos:
·      "Siembra” con el sello Fania en 1978, el LP más vendido en la historia de la salsa.
·      "Maestra vida” sello Fania en 1980, una ópera-salsa o una crónica musical, en dos entregas.
·      “Canciones del Solar de los Aburridos” con el sello Fania en 1981.
·      “The Last Figth” (La última pelea) bajo el sello Fania en 1982.
·      “Tras la Tormenta” álbum del reencuentro de Colón y Blades, in memoriam a Héctor Lavoe y al actor Raúl Juliá, con el sello Sony en 1995.
Su carrera como cantautor se agigantó cuando fundó la agrupación “Los Seis del Solar” en 1983, un sexteto con vibráfono, rememorando el estilo armónico de Joe Cuba, pero con las letras llenas de imágenes poéticas que narraban problemáticas urbanas. Esa agrupación élite la fundaron sus amigos, el pianista neoyorquino Óscar Hernández, Eddy Montalvo en las congas; Frank Irizarry en el timbal; Mike Viñas en el bajo; Ricardo Marrero en el vibráfono; Robby Ameen, batería; Louis Rivera, bongó; todos residenciados en la ciudad de los rascacielos, conocedores de esa movida musical vanguardista.
Surgieron éxitos como “Decisiones” 1984, “Cuentas del alma” en 1985, “Todos vuelven” 1984, “Ojos de perro azul” del álbum “Agua de luna”, un homenaje a Gabriel García Márquez, su amigo entrañable, cuyas crónicas, cuentos y novelas Rubén había leído con pasión y rigor, quien una vez declaró: “Me hubiese gustado componer Pedro Navaja”;
Después Blades amplió la orquesta, incluyó trombones, emulando el sonido neoyorquino creado por Colón en los años 70. Con ellos produjo cuatro álbumes de alto tenor: “Antecedentes” en 1988, “In live” en 1990, “Caminando” en 1991, “Amor y Control” en 1992; el tema principal de este último, está inspirado en la dolorosa agonía y muerte de su querida madre Anoland Bellido de Luna, víctima de cáncer. Fue uno de los momentos más duros en la vida de Rubén. Vivió escenas desgarradoras, pues vio cómo la enfermedad se llevaba a su amada madre sin poder evitarlo, en 1991:
Saliendo del hospital
después de ver a mi mamá
luchando contra un cáncer
que no se puede curar.
Vi pasar a una familia
al frente iba un Señor de edad
una Doña, dos muchachos
y varias personas más”.

 Anoland fue su amor infinito, su musa; de ella heredó la sensibilidad musical y el alma de compositor. Sobre Anoland, su vida; la actriz cubana Myriam Acevedo (su mejor amiga en Cuba) relató: 
“Anoland era también una niña excepcional. Desde pequeña tocaba el piano como una verdadera profesional. Ella cantaba con voz de soprano y yo, de contralto. Al dueño de la emisora CMQ, la principal emisora del país, se le ocurrió que nuestras dos voces podían hacer un dúo, y así lo hicimos”.
Anoland que había nacido en Regla, un asentamiento cerca de La Habana, en 1927; conoció a un bongocero de orquesta que estaba en gira por el lugar, el que a la postre fue su esposo, padre de sus cinco hijos.
En paralelo a su carrera musical, Blades incursionó en el cine, al principio muy modestamente, al lado de talentos como Sonia Braga, Robert Redford, Woopy Wolberg. Poco a poco fue soltando amarras hasta llegar a rodar 35 filmes, en dos de ellos ha trabajado con el director venezolano Jonathan Jabukowicz:
·           “Secuestro Express” en 2005, protagonizada por la argentina Mía Maestro y Jean Paul Leroux.
·           “Manos Duras” en 2016, protagonizada por el venezolano Edgar Ramírez y Robert De Niro.
Su compañera de rodajes Salma Hayek en la cinta “El mexicano” (Once upon a time in Mexico)  junto a Antonio Banderas, y que luego lo dirigió en una serie, declaró: “La voz de Rubén es bella, no solo por cómo suena, sino por lo que trae”.
Su vida privada siempre ha sido enigmática, reservada, poco o nada revelada, pero sabemos que nunca conformó un hogar. En 2015 se reveló que tenía un hijo en Puerto Rico, llamado Joseph Verne de 39 años de edad, que a su vez tiene una hija. Ante este hecho, de ser padre y abuelo repentinamente, Rubén declaró en su página web oficial, el 31 de diciembre de 2015:
“Los abogados localizaron al Señor Verne y se hicieron los arreglos logísticos para que tanto él, como su madre y yo, concurriésemos a un laboratorio a realizarnos una prueba de ADN. Esas pruebas se lograron en febrero de 2014 y los resultados fueron concluyentes: Joseph Verne, varón de 39 años de edad, es mi hijo biológico. La convicción de Joseph resultó ser verdad y yo, desde luego, estaba equivocado al haber considerado que no existía esa posibilidad”.
Actualmente tienen una relación muy cordial y muy familiar, pues Rubén ha tratado de enmendar su error y Joseph lo ha aceptado con auténtico amor.
Desde 2006 Rubén Blades está casado con la cantante y actriz Luba Meson, mujer con una férrea formación pianística y con estudios superiores en Julliard School, nacida en Queens (N.Y.) de padres europeos. Con ella ha participado en conciertos en Broadway, grabaciones, y mantienen una relación de pareja estable, sin entorpecer sus carreras.
Otra vertiente importante en la vida del “hijo del barrio San Felipe”, el sonero vital Rubén Blades Bellido de Luna, es la política; esta lo apasiona, lo atiza. Así lo expresó desde sus días de estudiante en Panamá cuando participó en las protestas colectivas, y estuvo identificado con los movimientos de izquierda, apoyó la autodeterminación de los pueblos. Hizo canciones a personajes que admiraba como Chico Méndes el líder de los trabajadores del caucho en Brasil asesinado en 1988, a Monseñor Oscar Romero el mártir de El Salvador,  “Tiburón” tema que representa el imperialismo yanki y su asecho en las costas del Mar Caribe:
“Ruge la mar embravecida
rompe la ola desde el horizonte
brilla el verde azul del gran caribe
con la majestad que el sol inspira.
El peje guerrero va pasando
recorriendo el reino que domina
pobre del que caiga prisionero
hoy no habrá perdón para su vida”.
                          (Blades, 1981)

   Criticó la sociedad de consumo en su tema “Plástico” de 1978, uno de sus clásicos más célebres.
En 1994 participó como candidato a la presidencia de su país con el partido que fundó en 1990 llamado Papá Egoro (en lengua emberá, significa Madre Tierra). Obtuvo solo el 20% de los votos. Luego aceptó la invitación del presidente Martín Torrijos Espino, hijo del mítico General Omar Torrijos, quien gestionó en 1977 la devolución del Canal al pueblo de Panamá para el 31 de diciembre de 1999.
Rubén fue un innovador en la cartera de turismo, del 2004 al 2009. Realizó campañas muy efectivas para subir el nivel de captación y atención de turistas para el istmo. Por esos días inauguró su programa en la web SDRB (El show de Rubén Blades) donde compartía cada semana sus vivencias, respondía interrogantes de sus seguidores, revelaba secretos de su vasta carrera artística y lanzaba primicias de sus actividades personales. Una de ellas fue el álbum que produjo en su casa de Los Ángeles “Canciones del subdesarrollo”, donde él grabó artesanalmente la percusión, las guitarras, coros, y la voz solista. Y la gente lo podía bajar desde su computadora. En ese mundo 2.0 también ha sido un pionero, un visionario.
Recién ha revelado que aspira cerrar su vida conquistando la presidencia de Panamá, para ello va a trabajar fuerte, incluso se piensa retirar de los escenarios, para convivir con los ciudadanos, con el panameño de a pie. En su página web www.rubenblades.com publicó:
“Prefiero suspender mis presentaciones personales en giras de salsa como Rubén Blades cuando todavía tengo la voz que me permite cumplir con el público, con la orquesta, con el repertorio y con mis expectativas de calidad”. Y agregó: “Existe la posibilidad de que me reintegre al proceso político en el futuro”. Aunque aclaró que seguirá produciendo música y componiendo.
En 2009 Rubén Blades realizó el tour “Todos Vuelven”, con los integrantes originales de Los Seis del Solar, como un colofón a esa etapa de su carrera musical. También logró un acuerdo con la Universidad de Harvard para que se encargue de sus archivos personales, toda vez, que él es un destacado exalumno en el área del Derecho Internacional de esa casa superior de estudios. De esta forma pretende que sus documentos vivenciales sean preservados, y quede protegida su huella, su paso por este mundo.
Venezuela ha sido muy especial en la vida y obra de Blades. En nuestro país pegó su primer tema “Plantación adentro”, su mejor amigo en la Nueva York de mediados de los 70 fue César Miguel Rondón, el laureado locutor y autor del “Libro de la Salsa”, en su apartamento se hospedó. Su ídolo en el beisbol, disciplina que sigue y ama desde su niñez, es el zuliano Luis Aparicio, sobre quien en documentales ha dicho: “Aparicio era la calidad en el campo de juego, y la calidad como persona, un héroe deportivo”.
Grabó con Guaco en el álbum “Escultura”, y recién con la talentosa cantante zuliana María Virginia Caldera el tema “La duda” de la autoría de Ricardo Portillo (2016). En La Carlota, Caracas, montó su ópera-salsa “Maestra Vida” junto a El Sistema de Orquestas de Venezuela, bajo la dirección de Gustavo Dudamel. Se declaró admirador del maestro José Antonio Abreu. Y la Orquesta Carángano montó el “Concierto Tributo a Rubén Blades” con arreglos de José Luis García en el Aula Magna de la Universidad Rafael Urdaneta, un recorrido por la inmensa obra del poeta de la salsa. Sin duda, Venezuela ha sido una patria amorosa para el cantor de Chiriquí.
Rubén Blades es un escribano de las esquinas, un músico que siempre tendrá nuevos intérpretes, con renovadas versiones de sus temas. Un hombre perseverante que expresa su lema: “Me gusta la esperanza invencible del que ha sido perdedor y no se rinde”. Es un cantor en tono inmortal.







León Magno Montiel
@leonmagnom

leonmagnom@gmail.com

jueves, 19 de mayo de 2016

“Twitter: una herramienta para educar” - por León Magno Montiel @leonmagnom

 “La idea es usar lo que ya existe en la red
para ayudar a enseñar, sin perder identidad”.
Mónica Stillo (Investigadora uruguaya)        

                         
 Las personas tenemos resistencia a los cambios, nos negamos a cambiar hábitos o rutinas, a darle paso a nuevos aparatos o tecnologías en nuestra rutina diaria. Así ha sucedido a través de la historia con cambios tan importantes como el automóvil, la electricidad o la llegada de las computadoras. Esta resistencia al cambio se acrecienta a medida que envejecemos, en general, el adulto mayor está menos presto para los cambios de hábitos, puede costarles integrar nuevos elementos tecnológicos en su quehacer. Los adolescentes y adultos contemporáneos representan la diferencia: ellos nacieron para los cambios. En esta era de las redes sociales, muchos se resisten a darle paso a esas tecnologías de la comunicación inmediata en la educación formal. En el caso de Twitter, el microblogging creado por Jack Dorsey en 2006, creemos es uno de los mejores aliados para los educandos de este siglo, es una herramienta muy útil e innovadora para los educadores.

Antecedentes:
El 21 de marzo del 2006, un joven nativo de Misuri con apenas 30 años de edad  llamado Jack Dorsey, envió el primer mensaje de 140 caracteres,  lo llamó un “tweet”, es decir: “trino”. Ese día nació el microblogging que conocemos como Twitter, la red social identificada con un azulejo, un pájaro azul trinando en la web 2.0, conectando gente de los cinco continentes. Ese trino o gorjeo electrónico que se produjo en la computadora de Dorsey ahora cuenta con  580 millones de usuarios en 32 idiomas en todo el globo. Su creador se ha  convertido en una celebridad de la tecnología, en un nuevo líder del ranking de millonarios del mundo, certificado por  la Revista Forbes.
En un principio, Twitter, como todas las redes sociales: Facebook, Sónico, Lindkedin, Badoo, instagram, se creía que sería utilizado para lo lúdico, para el mero divertimiento, sería un dispositivo para acercar personas ubicadas en ciudades lejanas, algunas antípodas, solo para entretenerlas o comunicarlas de forma básica. Sin embargo no ha sido así, su impacto ha obligado a replantear la forma de hacer la comunicación, la política y el arte. Ha puesto el acento en el acontecer social, las crisis políticas, procesos eleccionarios, las noticias y las novedades en general.
El sociólogo Manuel Castells afirmó en 2004: “A lo largo de la historia el poder se ha basado en el control de la información y la comunicación”. Y luego concluyó: “Hemos pasado de un mundo dominado por la comunicación de masas a un mundo en que esta coexiste con la autocomunicación de masas”.
En  estos años de evolución, Twitter ha crecido exponencialmente y tiene una inmensa presencia en los medios de comunicación de todo el planeta. Hoy en día es impensable un periódico, emisora o canal de televisión sin su cuenta Twitter, y está generando una gran interactividad, produciendo el feedback que en otrora se realizaba a través de cartas, faxes, llamadas telefónicas costosas. Twitter es parte de la producción de contenidos de cualquier medio masivo, fuente de contactos con su público, anunciantes, proveedores y usuarios en general. No obstante, no ha tenido hasta ahora, el mismo impacto en la educación, en las universidades o en las escuelas.
Propuesta:
Twitter está presente en todos los networks de radio y televisión, en las cadenas editoriales, medios satelitales, esto le ha dado a la red de los trinos un peso específico en el mundo político, logrando generar o reforzar matrices de opinión que favorecen o enlodan la imagen de gobernantes, empresarios, celebridades planetarias. Twitter ha moderado el debate en crisis como “primavera árabe”, la de los renegados en las plazas europeas, y de los inmigrantes asediados en Norteamérica.
Ahora Twitter debe entrar en las escuelas, liceos, universidades, y desde las PC o los móviles; generar información y conectar a los alumnos con los contenidos y nuevos aprendizajes. Con todo su potencial, pues si la red Twitter fuese un país, tendría más habitantes que los Estados Unidos, Brasil o Canadá. Sus 580 millones de habitantes generan cerca de 350 millones de tuits al día, donde logran adjuntar fotografías, logos, MP3, blogs, archivos digitales, videos, juegos, bibliotecas virtuales, infografías.  Este inmenso tráfico de contenidos se genera desde las computadoras, las tabletas y los teléfonos inteligentes.  Venezuela está en la cuarta posición como país generador de tuits (porcentualmente) cada día se cierra un poco la brecha digital, cada día tenemos menos analfabetos digitales. En América Latina, los usuarios venezolanos generan el 45% de los tuits del tráfico total de esa red (Conatel, 2012).
 Algunos educadores o teóricos han satanizados las redes sociales, argumentan que son banales, que han vaciado de contenido el entretenimiento, la correspondencia, que mataron la era epistolar. Sin embargo, las redes no son malas o buenas a priori, su categorización depende del uso que cada quien le dé. Una red como Facebook puede ser muy útil si le damos un uso pedagógico, si la usamos para colgar información valiosa, si referimos buenos autores, artículos científicos, música de arte o causas filantrópicas, además de las tradicionales publicaciones de carácter familiar o social asociadas a su origen. O por el contrario, puede convertirse en una vitrina de la vanidad y el narcisismo, una vía  para anunciar lo que va a comer el usuario, o “qué trago se va a echar con sus amigos”. Facebook puede ser una ventana para exhibir las nalgas de una meretriz, o los excesos de un artista excéntrico.
El reto para los educadores es utilizar Twitter en todos los niveles de educación, orientar a los niños de primaria, secundaria, a los jóvenes de superior para que desde una computadora o su laptop tengan su cuenta Twitter y puedan reenviar contenidos educativos, artículos interesantes de ciencia, arte, historia, compartir lo que están leyendo o lo que han encontrado cuando están navegando. Para hacer resúmenes, textos colaborativos, seguir autores importantes, coordinar agendas o tareas entre profesores y alumnos. A cada alumno debemos enseñarle a ser “un curador de contenidos” y cuál es su tarea, para que puedan realizar una mejor selección de  información y de temas en la nube.
Mario Vargas Llosa afirma: “Las redes sociales han generado más desinformación, han hecho que la gente se pierda en un océano de mensajes, muchos de ellos sin veracidad, sin soporte científico”. El escritor peruano (Premio Nobel 2011) apuesta por los libros tradicionales y las cartas selladas.  Pareciera que vive en un “nuevo medievo”, de espaldas a esta era tecnológica, a la realidad de las smart-cities (ciudades inteligentes) y la Sociedad de la Información. No así escritores como Arturo Pérez-Reverte o Jorge Volpi, quienes las utilizan con mucha profundidad y asiduidad.
Pienso que ha sido más predominante el aporte cultural-tecnológico, que la patología de los contenidos basura que nos llega sin control a través de las redes sociales. Ese es el caso de portales culturales como www.revistaarcadia.com o www.revistaenie.com o los portales de consorcios deportivos como ESPN, de líderes como Dalai Lama, que a través de sus trinos personales generan información oportuna, importante, que vale la pena seguir.
 El célebre Jack Dorsey y su equipo deben ingeniárselas para que Twitter se convierta en el mejor aliado de las universidades, de las escuelas, las editoriales, las casas de e-books. Mantener sus principios fundacionales de resaltar la cultura, la sencillez y el arte, que han identificado a la red con el logo del pajarito azul, símbolo que recientemente redimensionó, haciéndolo más sencillo, más minimalista. Deben ser implacables y castigar a los usuarios que quieren deformar, transmitir pornografía sin control. Reforzar los controles para cuentas falsas, el spam, bloqueo de cuentas ofensivas. Controlar la morbosa búsqueda de ser tendencia en la red (el tredending topic).
Nos toca orientar a los nativos digitales para que utilicen Twitter para compartir crónicas, resúmenes valiosos, blogs de investigadores y no para los anuncios que promuevan vicios, delitos o la degradación. El límite de los 140 caracteres nos obliga a tener poder de síntesis, disciplina, creatividad en la brevedad, es como si escribiésemos epigramas modernos. Twitter debe acercarnos a la educación participativa y plural.
El periodista David Alandete (2009), en el diario El País, relató la experiencia del director de orquesta californiano Emil de Cou Anthony, quien mientras dirigía la Sexta Sinfonía de Ludwing Van Beethoven, ordenó a su asistente enviar 30 tuits explicando cada movimiento, y lo que quiso expresar el genio Beethoven en cada uno. Sus alumnos, presentes en la sala de conciertos, iban siguiendo en teléfonos silenciosos esos trinos, y comparando el contenido de estos con lo que escuchaban en tiempo real. Es una muestra de cómo Twitter puede entrar en la enseñanza de la música, hacer la educación musical más interactiva, más interesante y actual.
Además, la red del pájaro azul se convierte en gimnasia cerebral para los adultos mayores, los mantiene ejercitando las habilidades motoras y cognitivas, amplía sus relaciones sociales,  lo cual  optimiza  su salud. Y es una forma idónea de ocupar su extendido tiempo de ocio. La brevedad es uno de los grandes atractivos de Twitter. Se pueden utilizar hashtags, o etiquetas de metadatos, que permiten agrupar los tuits por categorías o nombres específicos, lo cual es útil para encontrar de una manera más sencilla todos los tuits de un tema relacionado y participar en discusiones con personas de todo el mundo. El uso de la etiqueta permite, además, transmitir o seguir en tiempo real eventos como conferencias, clases magistrales, foros.
La investigadora Carolina Velasco (2010) afirma: “Existe un clara tendencia a la optimización de los procesos educativos, y se produce gracias a la interacción de los estudiantes con sus pares, que traspasa las barreras y dota a los modelos educativos de la apertura y la optimización inherentes a la multiculturalidad”.
Conclusión:
No temamos a la tecnología, no subutilicemos las redes, sumémoslas al proceso educativo, a nuestra comunicación oportuna, veraz, colaborativa. La educación debe estar en permanente evolución, adaptándola a los nuevos retos, y acercar las herramientas tecnológicas al aula es uno de los más urgentes, eso generará nuevos procesos creativos en la comunicación alumno-docente, institución-personal, educando-entorno.
No podemos ver las redes e internet como una catástrofe cultural, por el contrario, son un avance en el quehacer del hombre que generan conocimiento e información, que edifican para el desarrollo. Si bien debemos replantear la parte lúdica de las redes, también es cierto que las bellas artes, como el cine, pueden ser muy banales, convertirse en un producto porno, vacío, pero por eso no dejan de ser  importantes, con grandes  posibilidades de aportar para el desarrollo social.
Estamos frente a un nuevo planteamiento histórico, con nuevas herramientas tecnológicas, avancemos con optimismo en su aplicación o iremos directo a la degradación y el atraso. Todo va a depender del uso que le demos.







León Magno Montiel
@leonmagnom

leonmagnom@gmail.com

miércoles, 4 de mayo de 2016

“Luis Aparicio se agiganta en el tiempo” - por León Magno Montiel @leonmagnom

“Tu vida no es importante, 
al menos que influyas 
en la vida de otros”
Jackie Ronbinson (EEUU 1919-1972).

En el año 1956 un pelotero zuliano, con apenas 22 años de edad, logró una hazaña en el beisbol de las Grandes Ligas de los Estados Unidos: ganó el premio “Novato del año en la Liga Americana”. El protagonista de tal logro histórico fue Luis Ernesto Aparicio Montiel, representó un hecho pionero, de suprema importancia para el deporte en América Latina, sobre todo por las condiciones adversas que tenía que soslayar un caribeño para jugar en esa nación norteña en el decenio 1950. 

El novato Aparicio tenía un sueldo modesto, sin su familia en esa ciudad para que lo respaldase, y sin el dominio del idioma inglés. Luis Aparicio había debutado en el mejor beisbol del mundo el 17 de abril de 1956, lo hizo con el uniforme de Medias Blancas de Chicago, equipo fundado en 1894, que había participado en las series mundiales de 1906 y 1917. Él se convirtió en el sexto venezolano que llegaba a la liga profesional de los Estados Unidos, con el equipo de la tercera ciudad en importancia de esa nación, urbe con un largo historial industrial, de feroces luchas sociales. Una metrópoli de jazzistas y en otrora de gánsters, con una afición al beisbol intensa y entusiasta.

Para entonces, Luis Aparicio viajaba de Maracaibo a Chicago en aviones de hélices, los originarios Douglas DC-7, eran vuelos de ocho horas con escalas. Llegaba desde su cálida ciudad lacustre a enfrentarse a una megalópolis ajena, racista, fría e impaciente con los extranjeros. Como lo vivió el cubano Orestes Minnie Miñoso desde 1951, cuando fue el primer latino-moreno en jugar con White Sox.

En la lengua de sus pobladores primigenios, los potowatomis, Chicago significa: “grande y poderosa”, así era el reto de Aparicio, grande y requería de mucho poder y voluntad para superarlo.

Nos relataba el propio Aparicio Montiel, que cuando se sentía lesionado o sentía dolor, se vendaba, se colocaba hielo y tomaba calmantes para seguir jugando, porque en esa dura competencia diaria no se permitía la libertad de que subieran a otro pelotero para sustituirlo, era harto peligroso para su estabilidad como titular. El negocio del beisbol profesional, se tornaba cada día más agresivo y competitivo. 

Apenas habían pasado nueve años desde que Jackie Robinson había roto la barrera racial en el beisbol rentado y había debutado con los Dodgers de Brooklyn con su mítico número 42 en la espalda; número que sería retirado de todos los estadios en su honor por ordenanza del comisionado del beisbol mayor; al tiempo al que en cada temporada, se le rinde tributo, todos los peloteros lucen en sus espaldas el 42, en la jornada de cada 15 de abril. 

Así se mantuvo Luis Aparicio con su guante en ristre por dieciocho temporadas. Militó con Medias Blancas de Chicago por diez temporadas (divididas en dos períodos). Allí suplió a su compatriota Chico Carrasquel, su ídolo, un pionero muy querido por los fanáticos. Con Orioles de Baltimore jugó cinco temporadas y logró un anillo de Campeón de la Serie Mundial en 1966. En esa ciudad, según su testimonio; fue donde se sintió más querido, con mayor confort junto a su familia. La ciudad puerto que albergó al sabio Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, entre 1797 y 1800, donde se hizo llamar Samuel Robinson. 

Con Medias Rojas de Boston, el equipo legendario de Massachusetts, Luis sólo jugo tres temporadas, justo antes de su retiro el 28 de septiembre de 1973. Siempre se mantuvo en el nuevo circuito, la Liga Americana y siempre jugó campo corto, con dignidad. Nunca aceptó jugar primera base o banca para extender su carrera. 

Aparicio logró récords impresionantes: nueve guantes de oro, nueve veces fue líder estafador con 506 bases robadas de por vida, fue elegido 10 veces al Juego de las Estrellas, y nunca cambió de posición: debutó y se retiró como jugador número 6 (en las paradas cortas). Este dato fue muy importante para su exaltación e inducción a la inmortalidad en 1984. En las libretas de anotación siempre apareció en la “posición 6”, desde el principio hasta el final de su carrera. Logró 2.583 partidos como guardián del campo corto. 

Este maracucho, hijo de Herminia Montiel y del respetado pelotero Luis Aparicio Ortega, a quien llamaron “El grande de Maracaibo”, nació finalizando la era gomecista, el 29 de abril de 1934, en el emblemático barrio El Empedrao de la parroquia Santa Lucía, la célebre cuna de Felipe Pirela y Astolfo Romero “El parroquiano”. Le dio la bienvenida a la pelota profesional su padre, el 18 de noviembre de 1953, cuando le cedió su turno al bate en el juego de La Chinita, con el estadio hasta las banderas, aupándolo. Allí comenzó su saga de prodigios.

Luego de jugar con solvencia en la pelota criolla con el Pastora y Leones del Caracas, llegó a la “ciudad de los vientos” para hacer historia, se sembró en el corazón de esa fanaticada chicagüense. Fue exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown el 12 de agosto de 1984, en el quinto intento como elegible. La noticia la conoció a través de la radio mientras manejaba su vehículo y escuchaba una transmisión deportiva junto a Carlitos González. 

Hasta ese momento, sólo tres latinoamericanos habían logrado tener su placa de oro en Cooperstown: 

· Roberto Clemente de Puerto Rico, en 1973.

· El cubano Martín Dihigo en 1977.

· Juan Marichal de República Dominicana en 1983.

Luis Ernesto Aparicio Montiel fue el cuarto jugador latino exaltado a la inmortalidad. Luego ascendieron a ese templo deportivo a Rod Carew en 1991 de Panamá, al puertorriqueño Orlando Cepeda en 1999 y Atanasio Tany Pérez en el 2000, el recio jonronero oriundo de Ciego del Ávila, Cuba. Finalmente, José Méndez y Cristóbal Torriente en 2006, a través del comité especial. Hace algunos años a Roberto Alomar, el segunda base boricua.

El pelotero venezolano que puede ser el próximo ingreso al templo de los inmortales Cooperstown es Omar Vizquel, el campocorto caraqueño que en 2017 será elegible. Suponemos que logrará los votos, aunque el periodista deportivo Juan Vené ha vaticinado que no ingresará. Por su parte Aparicio piensa que si entrará. Mientras tanto, Omar se mantiene ligado al beisbol en condición de técnico con el equipo Tigres de Detroit, es coach de la primera base. Vizquel a menudo brinda entrevistas, realiza charlas y rondas de autógrafos. En sus horas de descanso se dedica a pintar, ejerce su nueva pasión, el arte. 

Otro compatriota grandeliga que pudiera ingresar a futuro en el Salón de la Fama es Miguel Cabrera, con números impresionantes, superando a grandes bateadores de todos los tiempos. Cabrera representa el anhelo de nuestra afición beisbolera de tener otro “Salón de la Fama”. El Doctor J.J. Villasmil profesor de la Universidad del Zulia, nos proporcionó un dato estadístico importante, harto elocuente: “De los peloteros que llegan a las grandes ligas, solo el 3% logran ser exaltados al Salón de los inmortales”. Eso deja en claro lo exclusivo de ese club de talentos deportivos de estirpe superior.

Vimos con perplejidad la escena que vivió nuestro compatriota Andrés Galarraga en su primer intento para ser electo al Salón de la Fama, quedó fuera de competición por baja votación, obtuvo menos del 5% de los votos. Ojalá logre entrar por el comité de veteranos “El rey” David Concepción, luego de no conseguirlo con los votos de los cronistas deportivos acreditados por Major League Baseball. Algunos cronista norteamericanos opinan: “Quizá el trato hostil del maracayero con la prensa, en sus años de pelotero activo con Rojos de Cincinnati, y su baja figuración mediática, lo hayan perjudicado irremediablemente, negándole el honor de su inducción”. La cual creemos merece, y sería muy justa, sin duda alguna.

Por tanto, el logro de Luis Aparicio Montiel, como el único venezolano que tiene su placa en Cooperstown, Nueva York, se agiganta con el tiempo. Sobre todo, ahora que conocemos la bochornosa lista de grandes estrellas de la pelota que consumieron esteroides, mácula por la que estarán vetados de por vida para optar a ese lauro. Casos emblemáticos, los de Barry Bond, Alex Rodríguez y Mark McGwire.

Luis Aparicio Montiel, el eterno número 11, es un símbolo del beisbol mundial, pero también es un ícono de la zulianidad. Entendida la zulianidad como un imaginario colectivo, conjunto de costumbres, quehaceres artísticos y tradiciones propias de los pobladores de esta tierra de occidente, tan particular y fecunda. El 11 de noviembre celebramos en Maracaibo “El día de Luis Aparicio”. 

Luego de vivir tragedias familiares, rupturas dolorosas, Luis Ernesto sigue su camino erguido, lleno de triunfos al lado de su esposa Sonia, sus hijos, nietos y bisnietos. Su agente de contratos es Luis Nelson su hijo, con él comparte la rutina de eventos, entrevistas y giras por América. 

El único venezolano en el Salón de la Fama celebró 82 años de vida, con una noticia positiva: fue aprobada en la Asamblea Nacional una propuesta para que el Ejecutivo decrete el 11 de noviembre como su día en todo el país. En una votación unánime, como pocas veces vista en los últimos años, los diputados del gobierno y de la oposición exhortaron al Gobierno Nacional a decretar esa fecha en honor al inmortal zuliano. Espero así sea.

Luis Aparicio Montiel, a quien sus compañeros de clubhouse llamaron “El soldadito” por su férrea disciplina, es la inspiración más sustancial con la que cuentan los peloteros jóvenes de nuestro país. Él fue un pelotero que se hizo grande haciendo las cosas pequeñas del beisbol. Es el mejor ejemplo para todos los que quieren seguir adelante en su lucha por conquistar la gloria desde un campo de pelota.








León Magno Montiel
@leonmagnom
Leonmagnom@gmail.com


martes, 16 de febrero de 2016

“Alí cambió de paisaje” - por León Magno Montiel @leonmagnom

“Quiero que algo de mí,
perdure después de la muerte”.
Ana Frank (Alemania, 1929-1945)


Hay vidas tan llenas de significado, que su lustre va más allá de la muerte. Son vidas colmadas por el aporte profundo, el legado valioso, que de alguna forma siguen presentes por años, por décadas las recordamos, celebramos su llegada a este mundo: no tienen final.
 Solo a algunos personajes como el poeta nicaragüense Rubén Darío, el alemán universal Beethoven, el maestro Picasso, Carlos Gardel o Gabriel García Márquez; la gente los sigue amando y admirando después de un siglo o más de su nacimiento. Al escudriñar en sus biografías surgen conjeturas sobre la reencarnación, la vida después de la vida, el cielo, el predestino, Dios y sus dominios o el misterio insondable de la nada. Lo cierto es, que hasta los ateos como: Charles Chaplin, Jean Paul Sartre y José Saramago, y los agnósticos como Albert Einstein, Eduardo Galeano o Karl Popper; siguen presentes en este mundo de vivos. En más de un hogar andino o falconiano he visto altares en las hornacinas, con la imagen de Bolívar alumbrado por un cirio, o la fotografía de Alí Primera, y delante de esta, una vela, como si ambos fueran parte de un santoral criollo.
El 16 de febrero está marcado en nuestro calendario latinoamericano como el día en el que “Alí Primera cambió de paisaje”, frase que él mismo acuñó para referirse a Pablo Neruda y a otros compañeros que se marcharon para siempre, como su abuela Mamá Pancha “comadrona y rezandera”. Ese día, un accidente de tránsito lo sacó de este plano terrenal, era una madrugada fría de 1985, mientras transitaba por la autopista Valle-Coche. En un primer momento se llegó a pensar que se trataba de un atentado, luego esa hipótesis se descartó. Alí Rafael tenía 43 años de vida, recién había salido del estudio de grabación donde había dejado la guía de su tema “El lago, el puerto y su gente” una danza en re menor que finalmente debió grabar su hermano materno José Montecano:
“Pero yo soñé que un día
el corazón del zuliano
latía por salvar el lago
es decir su propia vida
porque sin lago no hay puerto
ni gente de Maracaibo”.
  Alí vivía el período más creativo del hombre, cuando brinda sus frutos más valiosos, entre los 40 y los 60 años de edad. Había superado con mucha garra los vetos en la radio, los asedios policiales, las batallas políticas y electorales. Había sufrido con la muerte de compañeros entrañables como Jorge Rodríguez, Alí Brett, su maestro cantor Armando Molero, y sus compañeros del Grupo Madera de San Agustín, quienes naufragaron en el Río Orinoco el 15 de agosto de 1980. A ellos dedicó su tema “Tin Marín” que se convirtió en un éxito nacional, hoy en día, es un gran clásico:
“Tin Marín que arda la candela
   tin Marín contra la humedad
muchacho tambor
manos quitiplás
sólo se mojaron vuelven a sonar”.
 Sus hijas europeas; María Fernanda “Chimpi” y María Ángela “Marimba”,  sus cinco hijos caraqueños: Servando, Florentino, Sandino, Juan Simón, y Jorge Primera Pérez. Y su viuda Sol Musset, la gran cantora de Acarigua; todos recibieron la infausta noticia de los labios del coterráneo Charles Arapé, un decano de la  radiodifusión, nativo de la Sierra de Coro, quien fue hasta la morgue a identificar su cadáver, a ver su cuerpo sin vida, lacerado por el amasijo de hierros, producto del terrible impacto. Esa imagen la recordó años después Arapé, le llegaba a su mente como el Ecce Homo de la iconografía religiosa, una imagen del Cristo sufriente, al que el mismo Alí Primera admiraba en su dimensión más terrenal: la del predicador de los pescadores de Galilea, la del valiente que desafió al poder imperial romano, en tierras de la antigua Palestina.
Algunos artistas se apagan al morir, a veces aparecen sustitutos de su estilo y llenan su espacio. Otros, desaparecen sin dejar rastro alguno, ni huella visible. Pero Alí Primera Rossel goza de absoluta vigencia, lo demuestran sus temas aún sonando en las emisoras, la gran variedad de versiones realizadas a sus composiciones, fusionadas con arreglos vanguardistas, contemporáneos. En definitiva, Alí no tiene quien lo releve, y sigue cantando, como lo hizo en su tiempo. Alí Primera el ecologista, férreo defensor de la natura:
“Yo no me quedo en la casa
pues al combate me voy
voy a defender La Puerta
en el valle del Momboy”

El Alí, el hijo de Bolívar libertador:
“Dicen que viene a caballo
pero trae en la gualtrapa
un arsenal de cariño
para querer a la patria”.

El Alí, el trovador del romance y la ofrenda:                                                                                                                      
“Vamos a darle una flor
a aquella paraguanera
flor cantarina negra-amarilla
   que ya las tunas están en cinta”

El Alí que honró a los cantores de Venezuela:
“La tonada es amorosa
en la boca de Simón
es brillante mariposa
volando de flor en flor
es como nombrar al hombre
a la altura del amor”.

  El cantor que homenajeó a los pintores Armando Reverón, César Rengifo y Bárbaro Rivas con auténtica admiración, y colocó sus pinturas en las carátulas de los 13 álbumes que produjo con los sellos Promus y Cigarrón.
Cada 16 de febrero, en la península de Paraguaná se realiza “La marcha de los claveles”, la misma comienza temprano en la mañana y participan los cantores, músicos de calle, artesanos, gente humilde, estudiantes que marchan con claveles rojos en alto; la flor predilecta de Alí. El clavel florece en el verano intenso y llena con su aroma a toda la península de Paraguaná, las praderas norteñas de África y la península ibérica. Alí lo prefería rojo. Para recordarlo y rendir tributo, van desde su casa, ahora convertida en Museo Primera, hasta el cementerio de Santa Elena donde reposan los huesos del trovador. Van entonando sus canciones, lanzando consignas y versos, saludando a los parroquianos paraguaneros, a los habitantes de su amado “conuco del mar”. Es tradicional ver a sus hermanos, sus hijos, y su mujer Sol Elena Musset junto a muchos seguidores, marchando con ímpetu, portando los clavelitos coloraos en lo alto de su puño.
En todas sus dimensiones,  Alí Primera sigue vigente, nos acompaña, es canto vivo. Los zulianos en especial, debemos agradecerle tanto amor ofrendado al lago, manifiesto en su tema “Coquivacoa”:
“La guitarra enamorada de Armando
llorando su cocotero,
cuando en la rada se puso negro el lago,
estando azulito el cielo”.

 Él le cantó a nuestros pueblos lacustres, a la “Tía Juana” de los obreros petroleros, cultivó  una sólida amistad con los integrantes del Gran Coquivacoa y del Grupo Guaco, con su paisano Tino Rodríguez y con su admirado Ricardo Cepeda. A Doña Josefina Leal, la viuda de Molero, la consideraba su segunda madre, en su casa pernoctaba, en su inmenso patio sombreado por nísperos y guayabales, establecía las parrandas con sus amigos:
¿Cómo le parece Doña Josefina?
 Que en la Guajira la resolana venezolana
quema el amor.

En algún momento Alí afirmó: “mi casa tiene cuatro grandes pilares; el primero es Falcón, mi cuna. Lara es el segundo, tierra de prodigios musicales. El tercero es Caracas, mi centro de creación, epicentro de la militancia política revolucionaria. Y el cuarto es el Zulia, con sus danzas y su gaita soberana, con el inmenso afecto de sus cantores fraternales”. En palabras aprendidas del sabio Umberto Eco, Alí vivió entre nosotros, los lacustres: “En un universo atestado de espíritus creativos”.
Su despedida como cantor la realizó en Maracaibo, cuando el 12 de febrero “Día de la juventud” de 1985, cantó ante el busto del General José Felix Ribas, ubicado en la entrada a la urbanización La Victoria, rodeado por sus compañeros, por algunos estudiantes universitarios y los vecinos que poco a poco se sumaron a su serenata diurna. Horas después, se había marchado, Alí pasó violentamente a otra dimensión inmaterial, se hizo espíritu inasible, se hizo canción. Y desde entonces: no ha parado de sonar.







León Magno Montiel
@leonmagnom
leonmagnom@gmail.com

jueves, 11 de febrero de 2016

El libro “La gaita en crónicas” alcanzó su segunda edición - por León Magno Montiel @leonmagnom

“Una casa sin libros,
es una casa sin dignidad.”
Edmundo de Amicis (Italia, 1846-1908)


La publicación de un libro es un hecho emocionante y significativo, se asemeja al nacimiento de un hijo. Su autor, luego de tantas horas de escritura en silencio monacal, en la más absoluta soledad, de tantas noches y madrugadas absorto en su investigación, en sus reflexiones; llega a ver el tomo, a oler sus páginas con aroma de madera, a sentir su peso. Convirtiéndose en una sensación suprema de vida, como cuando una enfermera le trae al padre ansioso,  el neonato recién llegado al mundo; es un hecho prodigioso que genera felicidad plena.
El 15 de mayo de 2015 viví esa experiencia cuando presentamos mi libro “La gaita en crónicas” en el majestuoso Teatro Baralt, a casa llena, con discursos vigorosos a cargo de la Vice Rectora Académica de LUZ, Doctora Judith Aular, del profesor Ángel Madriz (director del Consejo de Publicaciones de LUZ) y del Secretario de Cultura del Estado Zulia, sociólogo Giovanni Villalobos. Esa noche presenciamos la actuación magistral de los gaiteros, un magnífico ensamble de FUNDAGRAEZ liderado por Ricardo Portillo, Chavín, Jaime Indriago, Ricardo Hernández y Danelo Badell. En el centro de la ceremonia, vertimos los pétalos de rosas sobre el libro recién nacido. Me acompañó mi esposa la Doctora Marisela Árraga de Montiel y el mecenas del proyecto Humberto Bravo, directivo  de la Fundación Trade Quip.
Semanas después lo presentamos en Buenos Aires, en la Biblioteca Nacional fundada en 1810, ubicada en la actualidad en Agüero 2502; es allí donde reposan tres ejemplares del libro, se pueden consultar en línea. En ese paraíso de títulos y autores que dirigió Jorge Luis Borges desde 1955 a 1973,  participé en una “Conferencia sobre Simón Bolívar” dictada por el compositor y cronista zuliano Rafael Rodríguez, fue una brillante jornada intelectual, muy emotiva, con la presencia de los catedráticos de la Universidad de la Plata.
Días después, presentamos “La gaita en crónicas” en la capital guaraní, La Asunción, en el hermoso teatro del Puerto Fluvial. Previamente se proyectó el filme “Diario de Bucaramanga” de Carlos Fung. Al final de la velada, en el corazón de la patria aborigen, cuna del genio Augusto Roa Bastos, brindé un pequeño recital de temas latinoamericanos y la gente lo disfrutó gracias al apoyo de la Fundación Beltway, de su presidente José Roberto Rincón Bravo, quien esa noche nos acompañó gentilmente. Junto a los directivos de la Fundación Beltway llevé el libro a la ciudad de Houston, en Texas, la cuarta metrópolis más pujante de esa nación. Obtuve una excelente aceptación de parte de la comunidad venezolana y latina que reside allí.
En el mes de octubre, por una invitación del Centro Cultural Simón Bolívar de Montreal, lo presenté en esa urbe pluriétnica: la capital cultural de Canadá. Montreal es una ciudad espléndida, fundada por los franceses e irlandeses en el siglo XVII, una gran isla donde se respira arte y cultura en sus confines, bañada por la constante brisa del viejo puerto. Tuve el honor de presentarlo en varias emisoras: Ozónico Radio, Mi Latina, Centre Ville. Así como en el Teatro Leonardo Da Vinci acompañado por el conjunto Gaita Nuestra, del cantautor zuliano Ender Calixto, quien reside en esa ciudad desde hace 14 años. Antes hizo carrera como gaitero con la agrupación Racoa en Maracaibo. Calixto es un auténtico “embajador de la gaita” en las soberbias tierras de arces y maple.
Hace algunas semanas recibí un correo electrónico escrito en francés impecable, fechado en la ciudad de Québec, anunciándome que el libro “La gaita en crónicas” fue aceptado en La Gran Biblioteca de Montreal, ubicada en el 475 boulevard de Maisonneuve Est.  Allí está el tomo, para la libre consulta de los casi cuatro millones de habitantes de la capital quebequense. Es una moderna instalación de cuatro pisos, con múltiples servicios internos, un espacioso café, audio salas, sección multilenguas (donde está ubicada mi obra). Es una joya arquitectónica y cultural, que en su corazón tiene libros por millares. 
Veamos el correo:
Bonjour,
Mes collègues de la Grande Bibliothèque viennent de m’informer que votre proposition de don a été acceptée et que le livre de León Magno Montiel sera intégré à la collection multilingue de la Grande Bibliothèque dans les semaines à venir.
Merci de votre intérêt et de votre patience.
Cordiales salutations.
Daniel Chouinard
Bibliothécaire
Direction du dépôt légal et de la conservation
Des collections patrimoniales.
Bibliothèque et Archives nationales du Québec
En diciembre de 2015, salió al público la segunda edición del libro, aumentada y revisada, manteniendo la portada anterior con la fotografía de La Calle Carabobo, el corazón del Saladillo, gráfica realizada por el maestro Luis Pire, que muestra las fachadas multicoloridas de las casas de esa barriada marabina. Con esta segunda edición participaré en La Feria del Libro en Caracas en el mes de mayo 2016, allí presentaré mi “Conferencia sobre la gaita: Origen y evolución” la misma que he realizado junto a la periodista Mariana Ferrer Mello desde 2004 alrededor de nuestro país, y en las ciudades de Madrid, Panamá y Bogotá; ahora, actualizada.
A estos logros, se une el regocijo por la alianza que han establecido el Consejo de Publicaciones de la Universidad del Zulia y la Casa Editorial del Diario El Nacional, por medio del cual se publicarán en formato digital varios textos, incluido mi libro. De esta forma le estaremos propiciando otro alcance a las obras, los “e-books” estarán llegando a otras instancias, otros públicos, con sus historias y personajes, con las crónicas de vida de los creadores populares y con sus planteamientos.
Quiero agradecer a todos los lectores, a todas las personas que han coadyuvado al éxito del tomo, los que de alguna manera han participado en esta fiesta editorial y musical, y que han permitido que nuestra obra llegue a otras fronteras, a otros lectores en lugares tan distantes como Buenos Aires y Montreal, Houston y La Asunción, y al Ateneo de Paraguaná.
En la India, los maestros del nivel escolar primario, suelen hacer repetir a sus discípulos un proverbio ancestral, que reza: “Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”. Espero que mucha gente pueda abrir este libro de casi 300 páginas, todas dedicadas a la gaita, a sus orígenes e intérpretes icónicos; para que de alguna manera contribuya a promover la forma musical folclórica más extendida en Venezuela.
  El destacado poeta y ensayista mexicano Juan Domingo Argüelles (Quintana Roo, 1958) afirma: “La historia de este antídoto contra la devastación no sólo de los edificios sino, sobre todo, de la conciencia y el saber, la encontramos en muchos libros”. El libro debe ser antídoto contra la pérdida de identidad cultural, la obstinada vocación actual de borrar nuestra historia cultural y privilegiar la banalidad, la vacuidad, la moda extranjera estéril. El libro “La gaita en crónicas” está llamado a ser una señal de identidad cultural zuliana, y a favorecer la formación duradera en ese ámbito.
Mi gratitud infinita a todos, y espero pueda publicar pronto otros libros, con otras temáticas, con otros personajes y abordajes, los que ya he trabajado y terminado. Solo  esperan su parto, ver la luz. Así podremos hacer realidad, la primera frase del aforismo hindú: “Otro libro abierto, otro cerebro que habla”.







León Magno Montiel
@leonmagnom
leonmagnom@gmail.com